lunes, 31 de agosto de 2015

San Agustín: "Que se grabe de nuevo en nuestra alma, la imagen de Dios, y así volvamos a sus tesoros"

"«Mostradme la moneda con que pagáis el impuesto. ¿De quién es esta imagen y esta inscripción?». «Del César», respondieron. Jesús les dijo: «Dad al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios»." (Mt 22, 19-21)

Comentario de San Agustín al salmo 94,2:

Si la desemejanza nos aleja de Dios, la semejanza nos acerca a él.

¿Qué semejanza? La semejanza según la cual fuimos creados, semejanza que corrompimos por el pecado,
que recuperamos mediante el perdón de los pecados,
que se renueva en nosotros interiormente en el alma,
a fin de que se grabe de nuevo en la moneda, es decir en nuestra alma, la imagen de Dios, y así volvamos a sus tesoros.

¿Por qué, hermanos, quiso nuestro Señor Jesucristo mostrar a quienes le ponían a prueba lo que Dios exige, sirviéndose de una moneda? Ellos buscaban un pretexto para calumniarlo y lo encontraron en la cuestión del tributo al César. Quisieron consultarlo como maestro de verdad y, para ponerlo a prueba, le preguntaron si era lícito pagar tributo al César. ¿Qué les respondió? "¿Por qué me tentáis, hipócritas? Solicitó que le presentasen una moneda y se la llevaron. ¿De quién es esta imagen? Del César, le respondieron. Y él replico: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (Mt 22, 15-21). Como diciendo: 'Si el César busca su imagen en la moneda, ¿no va a buscar Dios la suya en el hombre?'

"Como vuestro Padre que está en los cielos, quien hace salir el sol sobre buenos y malos y deja caer la lluvia sobre justos e injusto. Sed, pues, perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt 5, 45.48). Al decir: "sed perfectos como él" nos está invitando a buscar su semejanza.  Y si nos invita a buscar su semejanza, está claro que, siendo semejantes, nos habíamos apartado de Dios. Alejados por la desemejanza, nos acercamos por la semejanza, para que se cumpla en nosotros lo que está escrito: "Venid, alegrémonos en el Señor", ¿a dónde vais? ¿Adónde os retiráis? ¿Adónde os apartáis alegrándoos en el mundo? ¡Venid, alegrémonos en el Señor!, ¿por qué buscáis el gozo en donde desfalleceréis?, Venid, alegrémonos en quien nos ha hecho, "VENID, ALEGRÉMONOS EN EL SEÑOR."



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