martes, 25 de agosto de 2015

¿Quién soy Yo? - Catecismo Holandés

Introducción del Catecismo Holandés

Qué problemas preocupaban a nuestros antepasados, cuando entraron por vez primera en contacto con el cristianismo? Lo ignoramos: está envuelto en la oscuridad de la historia. Pero una cosa es cierta: el mensaje de Jesús fue para ellos respuesta, luz y fuerza.

Existe una antigua narración sobre los comienzos del cristianismo en uno de los pueblos germánicos. Hacia finales del siglo VI, el Papa Gregario Magno envió misioneros benedictinos de Roma a Inglaterra, con el mandato de predicar allí el mensaje de Cristo. 

Uno de ellos, Paulino, logró penetrar hasta la remota Northumberland, donde el príncipe reinante, el rey Edwin, se mostró al principio muy reservado respecto a la nueva doctrina.

Después de algún tiempo de dudas, el rey decidió convocar una Junta de sabios. En esta junta se levantó uno de los consejeros y dijo:

"Majestad, cuando vos estáis sentado en la mesa con vuestros nobles y vasallos, en medio del hogar arde el fuego, y la sala está caliente; allá fuera, empero, brama por doquier el viento de invierno que trae frío, lluvia y nieve. De pronto entra un pajarillo y revolotea por la sala. Entra por una puerta y sale por la otra.

Los pocos momentos que está dentro, se siente al abrigo del mal tiempo; pero apenas desaparece de nuestras miradas, retorna al oscuro invierno.

Lo mismo acontece -a mi parecer- con la vida humana. No sabemos lo que antecedió, ni sabemos tampoco lo que viene después. Si esta nueva doctrina da alguna seguridad sobre esto, merece la pena que la sigamos"

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