"Grandes eres, Señor, y muy digno de alabanza; grande tu poder, y tu sabiduría no tiene medida.
Y pretende alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación; precisamente el hombre, que, revestido de su mortalidad, lleva consigo el testimonio de su pecado y el testimonio de que resistes a los soberbios.
Con todo, quiere alabarte el hombre, pequeña parte de tu creación.
Tú mismo le estimulas a ello, haciendo que se deleite en alabarte,
porque nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que repose en ti."
San agustín - Confesiones I,1.
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