viernes, 26 de agosto de 2016

La voluntad de Dios coincide con los deseos más profundos de nuestro corazón


"La historia de amor entre Dios y el hombre consiste precisamente


en que esta comunión de voluntad crece en la comunión del pensamiento y del sentimiento,

de modo que nuestro querer y la voluntad de Dios coinciden cada vez más:

la voluntad de Dios ya no es para mí algo extraño que los mandamientos me imponen desde fuera,

sino que es mi propia voluntad,

habiendo experimentado que Dios está más dentro de mí que lo más íntimo mío.

Crece entonces el abandono en Dios y Dios es nuestra alegría"



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