jueves, 10 de diciembre de 2015

Comunión del Cuerpo y la Sangre del Señor - Pedro Farnés

Pastoral de la Eucaristía - Pedro Farnés - Dossiers CPL 49 - Conclusiones:

El gesto de comulgar en la mano resulta más natural que el de recibir la Eucaristía en la boca, peo no es, con todo, más significativo en sí mismo, ni por ello se le debe dar excesiva importancia al cambio entre una y otra forma de comulgar. Lo único importante es que SE RECIBA la Eucaristía de una forma RESPETUOSA y EXPRESIVA de la fe.

Tanto si se comulga en la mano como se se comulga en la boca es muy importante que el gesto y la catequesis que lo prepara sean objetiva y subjetivamente expresivas del DON que se recibe y del RESPETO Y ADORACIÓN que merece el Cuerpo del Señor.

Es, en cambio, sumamente importante que la Eucaristía se reciba, siempre que sea posible, BAJO LAS DOS ESPECIES.

También es sacramentalmente importante que la Eucaristía sea siempre servida por un ministro -ordinario o extraordinario- y que no se suprima en ningún caso el DIÁLOGO entre el que da la Eucaristía y el que la recibe: "El Cuerpo de Cristo". R/"Amén". "La Sangre de Cristo". R/. "Amén".

La comunión en la mano es, en cambio, muy recomendable en todos aquellos casos en que su introducción facilite la comunión bajo las dos especies o haga posible comulgar de la Sangre del Señor bebiendo del cáliz en lugar de limitarse a la simple intinción.

También tiene importancia que el mismo pan se "ROMPA" realmente, que no se usen, a no ser en caso de necesidad, hostias individuales, cuya presentación expresa menos bien el sentido de la Eucaristía, como claramente lo significa IGMR 283.

Finalmente es también importante que los recipientes donde se colocan el Cuerpo y la Sangre del Señor sean suficientemente grandes, y siempre bien separados el uno del otro: que parezcan claramente como algo que contiene comida y bebida, pues ello facilita la visión Eucarística en su vertiente sacramental o significativa.

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